Karibu Sana se dedica a apoyar económicamente a niños y niñas sin recursos de Kenia para que puedan asistir al colegio. No nos importa la edad de los niños. Si son muy pequeños se asegura por lo menos que tengan dos comidas diarias (desayuno y almuerzo), a la vez que se permite a sus madres tener tiempo para buscar trabajo.
Nos centramos sobre todo en niños de los ‘slums’ (barrios de chabolas) de Nairobi, aunque no nos importa atender a otros que acabamos conociendo por medio de las familias que tratamos y que a veces viven en provincias.
La situación de Kenia es inimaginable para un occidental. Aunque en principio solemos pensar que se trata de un país bastante desarrollado, más del 50% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, con menos de un dólar al día. Esa situación se agrava en la gran ciudad, pues allí ni siquiera cuentan con un trozo de tierra done cultivar comida. Además el Estado es muy débil: ni la educación ni la sanidad son gratuitas, y para la gente más menesterosa resultan prohibitivas. En consecuencia un elevado número de niños de los slums no logran acceder a la educación, pierden el ritmo de aprendizaje en los años clave de adquisición de destrezas básicas, y quedan de ese modo condenados a perpetuar su condición de extremada pobreza, cuando no se acercan a grupos violentos de jóvenes desocupados y sin esperanza.