Sister Lucy
Nos contactó hace dos meses. Es de la misma familia de monjas que las que llevan Kwetu Home of Peace (the Immaculate Heart Sisters), pero ella vive en Eldoret (otra ciudad grande de Kenia). Necesitaba asistencia con un montón de niños a los que consigue pagar el 20% de su escolarización.
–Envíeme más datos –le pedí.
Y me los envió.
Su historia
Se trata de niños nacidos en DBlok–Janso, una aldea de chabolas cercana a Eldoret. Allí hubo una granja estatal hasta los primeros 2000. La cerraron, y el gobierno dio un pequeño pedazo de tierra a cada trabajador que quedó en paro. Tierra poco o nada fértil, unida a la dificultad de tener iniciativa, dejó a esa gente enganchada a aquel lugar sin recursos ni perspectivas. El índice de SIDA y de infecciones por garrapatas, es asombroso. Allí llegó Sister Lucy, pues el colegio de su congregación estaba cerca de ese barrio, y decidió ponerse manos a la obra rezando (lo primero que había que hacer), movilizando a la comunidad para que ayudara a esos niños, lanzándose al vacío llevándoles a colegios aunque no tuviera dinero… y contactando con Karibu Sana para tratar de que no echaran a los niños de la escuela.
¿A qué se enfrentan esos niños? Sister Lucy lo resume así: coste de la educación, lejanía de las escuelas, violencia en los hogares, prejuicios para las niñas (prefieren que acarreen agua y cuiden de los hermanos pequeños antes de que se eduquen), pobreza, bodas y embarazos tempranos (a los 12–14 años).
Algunos casos
Nos manda 27 niños y niñas. Nos cuenta las historias de todos ellos.
Samuel, de 17, huérfano total (sus padres murieron de SIDA), dejó el colegio por falta de dinero. Ahora ha vuelto, vive en un orfanato, y está entre los 10 primeros entre 240 estudiantes.
Betty tiene 15 años. La mayor de 4, estaba al cuidado de su abuela porque los padres se habían separado por su pobreza. Sister Lucy buscó ayudar a la abuela, llevar a Betty al colegio y que los padres se reconciliaran. Esto último no fue posible, por la grave enfermedad de la madre, per Betty pasó con brillo a Secundaria. Eso sí, no tenía ningún medio de pagar su educación.
James, de 16, el mayor de 8. Su padre los abandonó. Su madre, que trabajaba limpiando casas, fue atropellada por un coche que se dio a la fuga y ha quedado incapacitada. James dejó la educación para trabajar en una granja junto con su hermano. Sister Lucy le propuso volver a la escuela, y él se esfuerza y quiere ser ingeniero.
Margaret tiene 10 años. Perdió a su madre cuando tenía 5. Tiene un hermano gemelo y son extremadamente pobres. Los dos hermanos necesitaron grandes cuidados por malnutrición e infecciones varias. A Margaret hubo que rescatarla de su casa porque su padre abusaba de ella. Ahora vive con su abuela cerca de la escuela. Pero no tiene dinero para pagar su educación.
Teresa ha cumplido los 12. Sus padres viven en pobreza total. Por eso Sister Lucy decidió llevar a Teresa a un internado: seguridad, posibilidad de concentrarse, alejarla de la miseria. Querría ser pediatra de mayor, y estudia muy en serio. Realizar sus sueños depende en parte de que podamos ayudarle.
¿Podemos ayudarles?
Y así sigue la lista de posibles beneficiarios. ¿Podremos ayudar a todos? El presupuesto total que nos ha presentado Sister Lucy es de casi 10.000 €. Y así durante los siguientes años. Para poder ayudar a Teresa, Margaret, James, Betty, Samuel y 20 más, necesitamos más personas que nos ayuden con sus aportaciones mensuales a Karibu Sana. ¿Nos ayudas a conseguirlas?
Recuerda: los primeros 150 € desgravan un 80% en la Declaración de la Renta. A partir de ahí, se desgrava un 35 %. Ayudar no sale caro, y tiene unos beneficios intangibles maravillosos.