Esta semana pasada un total de 9 de los alumnos de Karibu Sana han hecho el KCPE, el examen nacional de paso de primaria a secundaria. Es una prueba que hacen todos los niños del país, y un primer filtro que decide quiénes no están preparados para pasar al segundo ciclo de estudios. Lógicamente si vienes de un colegio pobre de medios, en el que no hay libros,, en el que lo principal es saber si ese día hay algo de comer, o si has pasado un tiempo en la calle, lo tienes más complicado que si provienes de un centro privado en el que el último año te han tenido haciendo ejemplos de exámenes sin parar. En la foto de arriba ten`éis a Benjamin, nuestro candidato KCPE masai.
Pero nuestros nueve pasarán.
Entre ellos está Sharon, una niña de Kibera que sin nuestro apoyo no hará secundaria por cuestiones económicas. Así tenemos ya apalabradas otras cuatro, todas niñas (¿cuál es tu horizonte si a los 14 dejas de estudiar y vives en una chabola en la que no hay nada que hacer?).
Por otro lado, ayer quedé con un matrimonio. Solo le conocía a ella, y muy colateralmente. Viven en un pueblo del sur de Madrid, él es funcionario. Lo que se viene llamando ‘la sufrida clase media’. Me cuentan del fallecimiento del padre de uno de ellos, y de cómo consideran que están convencidos de que ese hombre estaría encantando de colaborar con nosotros. Por eso han tomado parte de la herencia y se la han regalado a nuestros niños kenianos. «Y volveremos con más», me dicen. ¡Maravilloso!
Por último, os adjunto unas fotos de los chicos a los que les hemos preparado una habitación. Es una delicia verles sonreír y hacer el payaso. ¿Tenéis hijos adolescentes? A mi me está pasando con ellos y con Austin, de dieciocho: están de vacaciones desde finales de octubre y me mandan WhatsApp diciendo ‘que qué hacen, que se aburren’. Austin se queja: ‘¡me tratan como un esclavo!, ¡mi abuelo quiere que le ayude a levantar un muro!». Y acarra sacos de cemento y su cabreo, porque como buen adolescente está en el mundo para vagar (en el sentido de hacer el vago) y para disfrutar de sus vacaciones. Voy sugeriendo ideas desde la lejanía. También me entra una risa agradecida por esa normalidad.