Me van pasando cosas.
Hace dos días me llamó un chaval de un colegio de Boadilla del Monte diciéndome que a los niños y niñas de su clase les gustaría colaborar con Karibu Sana. Que van a tener una reunión de solidaridad y les parece genial nuestro proyecto. Quedo en ir a conocer su colegio y contarles.
Luego me llamó otra persona, un señor encantador, para algo más complicado. Me dijo que se murió su madre la semana pasada, y que tiene una pierna ortopédica maravillosa, cara y poco usada, y que si nos podría servir para algo. Le comento que la Fudación Promoción Social trabaja con refugiados. Creo que le encontramos un lugar para la pierna.
Después me escriben desde Guatemala. Una ONG que cuida de niños, paralelos a los nuestros, y me comenta que le encanta lo que hacemos. ¡Bienvenidos!
Luego Joan me manda una foto suya, y seguidamente lo hace Lankas, mi querida masai, orgullosa de su tribu y de sus tradiciones.
Y la semana que viene voy a Guadalajara a contar a 260 jóvenes qué es lo que hago. No para sacar fondos (¡para eso estáis vosotros!), sino para fomentar sensibilidades.