Queridos amigos,
la llegada de septiembre significa para nosotros el comienzo del nuevo curso.
No ocurre lo mismo en Kenia, donde las clases se inician cada mes de enero. Sin embargo, en agosto han tenido unos días de vacaciones y ahora (septiembre, octubre y algo de noviembre) comienzan el tercer trimestre, el último.
Nuestros alumnos, 431 en este momento, van a por ello. Tenemos a uno más que da el salto a la universidad: Erick, a quien conocí en diciembre de 2015. Era entonces un niño que vivía en un poblado de una plantación de té, en el que carecían de energía eléctrica. Lleva desde entonces con nosotros. Ahora ha sido admitido en odontología, pues quiere ser dentista. Como ya es mayor de edad, estamos compartiendo responsabilidades: Erick consigue el dinero de la matrícula (lo ha hecho a base de pedir a su familia y comunidad, y trabajando) y nosotros nos encargamos del alojamiento. Nos comentaba que esta política, que al principio le costó entender, le ha ayudado a darse cuenta de que él es el primer interesado en su formación.
Samuel me contaba que fue a visitar a antiguos colegas de la calle, adolescentes de Kisumu (a 500 kilómetros de Nairobi). Me los presentó por videollamada. Uno de ellos ha tomado la decisión de cambiar de vida: volvió con su familia, en otra ciudad, y ahora estamos trabajando para que vuelva a la escuela.
Y el resto a lo importante: el trabajo de cada día. Y los de 8º de Educación Primaria ya están preparando el examen nacional de paso a secundaria. Gracias a ti, van cambiando a mejor sus vidas.
¡Buena vuelta al mundo de después de agosto!
Javier
PD: Las fotos son de Sandra Romero, que se encuentra estos días en Nairobi visitando uno de los colegios que atendemos.