A inicios de diciembre me preguntó Patrick Ambasa, director de Transform School en Kibera, si este año sus alumnos podían contar con un detalle por Navidad. Como los ingresos que se hacen a Karibu Sana son para matrículas escolares, me animé a preguntar a Cooperación Internacional si nos podían echar una mano con este propósito. El año anterior lo hicieron, gracias al apoyo de una gran empresa. Este año la empresa había cambiado de proyectos, pero aún así me aseguraron que Cooperación Internacional misma podía hacer un esfuerzo por esos niños.
El principal problema que tuvimos fue que en Kenia el mes de diciembre es como para nosotros agosto: todo cierra y los que pueden se van de vacaciones. Como había que firmar un acuerdo entre Cooperación Internacional y Strathmore University para realizar este pequeño proyecto, tuvimos que retardar la ejecución a enero.
Pero no era mala idea este retraso: en enero empiezan los colegios. Además, este año ha cambiado el curriculum escolar y, en consecuencia, los libros. Y los alumnos de Transform School son de los que sus padres no pueden permitirse a veces ni comprar un lápiz. Patrick actuó en consecuencia: el regalo que recibirían sus alumnos sería sobre todo material para el colegio.
Los más pequeños se llevan, además, lápices de colores, uno de los bienes más preciados por la infancia en todo el planeta. Los más mayores, sobre todo libros de texto y cuadernos. Eso sí, han contado con presupuesto suficiente para adquirir también algunos balones, combas con las que saltar, y unos pocos peluches para los más menudos de esos alumnos, que los miraban asombrados.
2023 puede ser un año excelente para los niños de Karibu Sana. Cuento con vosotros, y con que nos ayudéis a encontrar más personas que quieran ayudarnos con este proyecto educativo.
¡Gracias!