¡Ha empezado el curso!

Lo que podría parecer una tortura para nosotros cuando éramos niños, o para nuestros hijos, es una oportunidad para los niños de Karibu Sana.

Mi amigo Chema me pasó varias fotos impresas para poder utilizarlas. Aquí, David

En enero empieza el curso en Kenia. Seguirán con él hasta primero de noviembre: diez meses (con breves periodos de vacaciones) en los que tendrán asegurada una oportunidad de aprender, y una oportunidad de comer. En algunos casos, además, les podemos ofrecer seguridad, pues se encuentran en internados lejos de las chabolas, donde pueden concentrarse en el estudio y en los juegos.

Conseguiré datos definitivos en unos días, pero me dice Michael Babu que ‘están todos yendo a clase’. Eso significa que, además de los niños que ya estaban con nosotros, se ha incorporado un buen puñado de niños de Kwetu, aquellos que fueron rescatados de la calle y para los que es más seguro que vayan a un internado que volver a sus casas.

Por si queréis compartir lo que hacemos…

Y siguen avanzando otras líneas de trabajo: vamos a invertir unos euros –donados para este motivo– en aumentar la seguridad de los niños de Kwetu, dividiendo los dormitorios por edades y mejorando un poco la vigilancia, para que no pueda haber bullying (matoneo) de mayores a pequeños. Y sigo empeñado en diseñar un plan de sostenibilidad para Kwetu (la ayuda de Italia está al caer: la celebraré con todos vosotros cuando llegue) y para el colegio Desert Streams. Y Diego Molina, desde la Fundación Promoción Social, no deja de preparar propuestas para convocatorias de ayuda: empezarán a fallarse a finales de febrero…

Gracias, como siempre, por todo. Javier

PD: En la foto, un grupo de niños que estuvieron en Kwetu y que ahora van a un internado en Machakos, a unos 80 km de Nairobi. Uno de ellos volvió a la calle y pudimos re–rescatarlo. ¡Una maravilla!

50 tacos y dos hermanas

El pasado 4 de enero Chema Lozano, mi amigo de la infancia (¡ya lejana!), celebró una fiesta por su 50 cumpleaños: el primero de los de mi promoción. Cena de pinchos, alguna cerveza, conciertazo del grupo ‘Semilla Negra’ (el cantante es Chisco, su hermano), unos 90 invitados (además de gente de otros eventos que se coló atraídos por la música), la noche joven ante nosotros.

Chisco y Semilla Negra

En la invitación Chema había escrito que no quería regalos, que solo quería dinero para Karibu Sana. Y me cedió el micrófono, hablé tres minutos, y en una urna el público (los amigos) dejaron sus colaboraciones. Salió lo suficiente para enviar a 7 niños durante un año al colegio. Lo que es lo mismo: para que se eduquen y aseguren su alimentación.

Fue una iniciativa fantástica que os animo a repetir a quienes queráis. De la fiesta, además de la aportación económica, hemos recibido la urna y 5 pósters en cartón pluma de Karibu Sana y sus niños que son espectaculares y con los que podremos decorar cualquier evento.

Sharon: Primero de Secundaria

Y un ejemplo de nuestros beneficiarios: dos hermanas, Sharon y Fiona que (como todos en Kenia) han empezado esta semana sus clases de secundaria. Y lo hacen gracias a Karibu Sana (Sharon iba a ponerse a trabajar…).

Fiona: más feliz que una perdiz

Nos ha llegado el primer donativo de EEUU: una persona de Filadelfia a la que conocí en Nairobi. Junto a unos euros mandados por unas señoras de Chile, ¡nos vamos internacionalizando!

¡Feliz cuesta de enero a todos!

Felicidades de parte del Equipo

En esta última entrada del año en el diario se me ocurría que lo mejor era mostraros quiénes son los que hacen Karibu Sana (además de los niños de Kenia y los donantes de España –y Chile…–). En la foto salimos todos, el día en que la Fundación Promoción Social organizó una copa de Navidad a la que, junto con los que trabajan en las oficinas centrales y algunos desplazados (Gaza, Líbano…), tuvieron a bien invitarme.

De izquierda a derecha (desde el punto de vista del lector) tenemos a Diego, que es quien busca y prepara proyectos, de Sevilla, casado hace no demasiado tiempo, que dejó el mundo de las Finanzas y entró en el del Desarrollo. Cada pocas semanas me sugiere alguna convocatoria que, con su buen hacer, podemos lograr. A su lado está Jose Luis, encargado de Comunicación y Redes Sociales en la Fundación, y deseoso de volver a echar una mano en directo en los campos de refugiados (el objetivo más habitual de la Fundación en los últimos años). Le acompaña Anca, la experta en finanzas, que lleva un control maravilloso sobre las cuentas. Es de Rumanía y habla el castellano de Cervantes. Luego Macarena, una de las ‘Jefas’, con muchos años de práctica a sus espaldas y con unas ganas de ayudarnos en todo que son una alegría. Le acompaña María, la directora de la Fundación, amiga mía de antes y una fuente constante de buen humor y tranquilidad. Por fin, con la lengua fuera de tratar de seguirles el ritmo, estoy yo, encantado de haber sido admitido junto a este pedazo de equipo.

Aprovecho para compartir dos fotos de estos días que me han encantado: la de Víctor de portada, con su pelo de colores, claro resultado de la influencia del Fútbol en las mentes inocentes. Está a punto de empezar la Secundaria (en enero) y es una fuente constante de alegría. En la otra, tres de los residentes de Kwetu. Gracias a nuevas donaciones posteriores al informe del año (que te animo mirar), vamos a poder acoger a otros 15 niños que acaban allí y los llevaremos a internados donde aseguren su educación y protección.

¡Feliz Navidad desde Kwetu!
Purity, el mejor regalo

Por último: me han llegado los informes médicos de Purity (15 años) y Martha (madre de dos niños de 4 y 2 años). La primera sufre una fuerte parálisis cerebral desde que tuvo una infección vírica a los tres años. Martha se quedó viuda antes del parto de su segundo hijo y su nivel de estrés fue tal que sufrió un coma del que despertó con parálisis en la mitad derecha de su cuerpo. Queremos ayudar a los padres de Purity a cuidar de su hija (pañales, medicinas, silla de ruedas…) y a Martha a comenzar un negocio de venta de patatas fritas con el que poder sostener a sus hijos (ya les llevamos al colegio). Purity y Martha son nuestros magníficos regalos de navidad.

Informe del Año 2018

Adelantamos un poco para presentaros un informe sobre lo que hemos hecho durante 2018 y sobre cómo la generosidad de los donantes hace posible que un montón de niños y familias tengan unas vidas sin duda mejores.

Queda mucho por lograr, pero cada pequeño avance ha sido siempre una maravilla.

Que lo disfrutes… y ¡Feliz Navidad!

Javier

Un cerdito comprometido

Me invitaron Isa y Manu a merendar en su casa. Sus niños, Sofía (6) y Manuel (3) querían entregarme el dinero que durante catorce meses habían ido metiendo en su hucha de barro con forma de cerdito, de esas que sólo se dejan abrir a martillazos. Comimos algo, recordé que mis amigos no beben vino (yo llevaba una botella que se quedó un poco huérfana), luché un poco a kárate con Manuel niño y pasamos al ritual: cerdito sobre alfombra, Sofia apuntando peligrosa con el martillo, vasos de plástico y colores para la clasificación y, ¡zas!, el golpe.

El pobre bicho, reducido a pavesas, escupió sus entrañas formadas por monedas desde 1 céntimo hasta dos euros. El juego fue clasificar: por tamaños (Manuel casi no sabe lo que es un 1), bajo las órdenes sabias de Sofia. Lo que más les gustó fue el vaso azul, el de las monedas de 20, porque era el más lleno. Casi se enfadan cuando supieron que tenía menos dinero que el más escueto de monedas de 1 euro.

Botes del tesoro

Aun así, se alegraron muchísimo cuando supieron que con sus ahorros darían colegio durante cuatro meses a un niño: ¡tenían 81€! ¡Y nos lo daban todo! Es preciosa la generosidad de los niños, en la que se mezcla la inconsciencia con la alegría de compartir. ¡Qué hermosa lección en las puertas de Navidad!

Yo también pude contar

El colegio de Barbra

Aunque no es tan conocido como el ‘Black Friday’, ni recibe tanta publicidad, mañana es ‘Giving Thursday’, es decir, un día en el que el mundo de la cooperación anima a que compartas.

Nosotros te animamos a hacerlo con Karibu Sana. En este vídeo , hecho por una ong chilena, os presentan a Barbra, la hija de mis amigos Judy y Tobias Oloo. Nosotros queremos colaborar en la reconstrucción de esa escuela.

Entra en nuestra web  para hacer una donación puntual, o para ayudarnos todos los meses con un poco que haga mucho.

Gracias!

Niños de Karibu Sana

 

Un vídeo de 4 minutos con el testimonio de 5 de los niños a los que queremos ayudar a partir de enero y el de una niña que lleva un curso con nosotros.

Así hasta 130. Necesitamos de ti, de tus amigos, de tu empresa…, y haremos cosas grandes

¡Dos colegios!

He hablado con un colegio de Alicante. Han iniciado la siguiente campaña: proponer a los padres de los alumnos que van a hacer la Primera Comunión que ofrezcan a sus hijos la posibilidad de que parte de sus regalos sea dinero para ayudar a algún alumno en Kenia. La condición es que  los pequeños lo entiendan y sea voluntario. Me parece una iniciativa impresionante, muy acorde con lo que significa la Eucaristía.

He hablado con un colegio de Madrid. Se divide toda la escuela en cuatro grupos y uno de ellos adopta a Karibu Sana (es decir, a los niños y niñas de Kenia) como ‘proyecto solidario’ para los próximos años. Para empezar hemos quedado en que se dediquen a financiar la habitación que queremos construir para niñas sin recursos y en peligro del colegio Desert Streams of Kibera (huérfanas, maltratadas, en riesgo de sufrir abusos, etc.). Es una relación que promete.

Dibujo en Kwetu, hecho por Sara Merguth

Un amigo me ha puesto en contacto con una fundación importante que puede entender y apoyar este tipo de proyecto educativo: tenemos reunión en dos semanas.

Y mientras en Kenia están los niños de vacaciones. El curso empieza en enero. Son, para muchos, meses delicados, porque no tienen mucho que hacer (no les da para ir a campamentos o de vacaciones), y porque  a menudo los padres no pueden asegurar las tres comidas diarias. En el caso de mi querido Austin, que ya tiene 18, le he animado a unirse a un curso de ‘verano’ de Eastlands College of Technology: el muchacho ya tiene claro que quiere ser mecánico, y que desea estudiar la formación profesional que ofrecen allí. Además se lo está pasando bomba.

Cantando de alegría

He pedido a Kwetu (refugio para niños de la calle) que elaboren un listado con los alumnos que quieren que acojamos el curso próximo. Están en ello, y me supongo que serán en torno a 20 (es decir, ¡20.000€ más!). También tengo a Michael Babu y a Mercy Teko (una licenciada en Derecho amiga mía) que se pongan a buscar colegios internos cercanos a Nairobi para poder concentrar a nuestros alumnos y que sea sencillo visitarles.

Por último, recordad que la Navidad es tiempo de hacer regalos (oro, incienso y mirra) a los niños necesitados: ¡el Portal de Belén también está en Nairobi!

¡Gracias!

Exámenes y herencias

Esta semana pasada un total de 9 de los alumnos de Karibu Sana han hecho el KCPE, el examen nacional de paso de primaria a secundaria. Es una prueba que hacen todos los niños del país, y un primer filtro que decide quiénes no están preparados para pasar al segundo ciclo de estudios. Lógicamente si vienes de un colegio pobre de medios, en el que no hay libros,, en el que lo principal es saber si ese día hay algo de comer, o si has pasado un tiempo en la calle, lo tienes más complicado que si provienes de un centro privado en el que el último año te han tenido haciendo ejemplos de exámenes sin parar. En la foto de arriba ten`éis a Benjamin, nuestro candidato KCPE masai.

Los candidatos del KPCE

Pero nuestros nueve pasarán.

Entre ellos está Sharon, una niña de Kibera que sin nuestro apoyo no hará secundaria por cuestiones económicas. Así tenemos ya apalabradas otras cuatro, todas niñas (¿cuál es tu horizonte si a los 14 dejas de estudiar y vives en una chabola en la que no hay nada que hacer?).

Sharon, nuestra siguiente alumna

Por otro lado, ayer quedé con un matrimonio. Solo le conocía a ella, y muy colateralmente. Viven en un pueblo del sur de Madrid, él es funcionario. Lo que se viene llamando ‘la sufrida clase media’. Me cuentan del fallecimiento del padre de uno de ellos, y de cómo consideran que están convencidos de que ese hombre estaría encantando de colaborar con nosotros. Por eso han tomado parte de la herencia y se la han regalado a nuestros niños kenianos. «Y volveremos con más», me dicen. ¡Maravilloso!

Por último, os adjunto unas fotos de los chicos a los que les hemos preparado una habitación. Es una delicia verles sonreír y hacer el payaso. ¿Tenéis hijos adolescentes? A mi me está pasando con ellos y con Austin, de dieciocho: están de vacaciones desde finales de octubre y me mandan WhatsApp diciendo ‘que qué hacen, que se aburren’. Austin se queja: ‘¡me tratan como un esclavo!, ¡mi abuelo quiere que le ayude a levantar un muro!». Y acarra sacos de cemento y su cabreo, porque como buen adolescente está en el mundo para vagar (en el sentido de hacer el vago) y para disfrutar de sus vacaciones. Voy sugeriendo ideas desde la lejanía. También me entra una risa agradecida por esa normalidad.

Meshack y Bryan de selfies

No dormirán bajo las estrellas

Brian, antes y después. Conocí a este chico hace casi tres años. Entonces ya solía vivir en la calle. Los padres se habían desentendido y dos hermanas a veces le dejaban estar en sus casas. Pero ellas son prostitutas, y con frecuencia tenían sus clientes en la chabola. También le trataban mal, de modo que a pesar de nuestro esfuerzo por proporcionarle educación, Brian empezó a cansarse de su vida y prefería frecuentar la calle. Lo que al principio era tiempo perdido de un niño soñador fue evolucionando, especialmente durante este curso, a uso de drogas y a ambientes sórdidos. Hace tres meses, un policía conocido en el ‘slum’ por su gatillo fácil, mató a tres de sus amigos, niños como él.

Meshack, Moses, Jackson y Peter

Ayer cumplimos un sueño que nos ha costado demasiado realizar: Judy Oloo y su marido Tobías han transformado una de las aulas que quedaban en pie en la escuela Desert Streams (el colegio se quemó hace 20 meses) para convertirla en habitación para niños como Brian. Por ahora son cinco, más un profesor. Nuestro sueño es montar dos para un total de 18, una de niños  otra de niñas, de forma que podamos asegurarles techo, comida, ropa y estudios.

Brian ‘saliendo de la calle’

Todos los candidatos que tenemos están en un riesgo similar al de Brian: su hermano Jackson, quien ha sufrido lo mismo; Moses, hasta que en enero se incorpore a un internado para empezar la secundaria; Meshack, al que hemos vuelto a recuperar de la calle y que necesita esa estabilidad; Peter, que es enfermo de SIDA por heredarlo de sus padres fallecidos, y al que sus hermanos tratan con dureza porque le consideran estigmatizado, etc. Si Dios quiere, y nos ayudáis a conseguir dinero, comenzaremos con las niñas (ocho y una profesora) en enero. En este caso a los riesgos se une el de evitar abusos, embarazos en la niñez o prostitución.

Comprar zapatos, literalmente ‘un paso’

Los costes son asequibles: instalar a cada niño, más la cama, colchón, cosas de aseo, ropa, cuesta unos 200 euros. Mantenerle cada mes, con comida y unos pocos gastos, lo calculamos en unos 50.

No es el Palace, pero para ellos es más.

Eso significa que el total de 18 niños, más dos profesores, nos costará 4.000€ de instalación y 1.000 euros al mes de mantenimiento. Es decir, el curso que viene 16.000 €. En adelante 12.000€ porque la instalación ya estará hecha. Hace unos días pedimos 5.600€ a una Fundación, y espero que nos los den. Solo nos falta el resto.

¿Os parece una locura intentarlo?