La vuelta de Samuel

No todas las historias acaban bien. O eso parece. Sin embargo…

Al poco de volverme a España, en enero de 2017, Samuel Omondi, un niño al que yo mismo había llevado desde el puente donde dormía hasta Kwetu Home of Peace, el hogar donde se reforma a los niños de la calle, huyó. No conseguimos entender sus motivos, que no serían en exceso racionales: Samuel llevaba ocho meses en la calle, huérfano total, y había recorrido 500 kilómetros desde su ciudad hasta Nairobi. Quizá le tiraba mucho la libertad y poco los horarios que impone ir a la escuela. La cuestión es que se marchó y no volvimos a saber de él. A mí me dio mucha pena, pues le había cogido mucho cariño desde el día en que le conocí perdiendo el tiempo en la calle.

Su primer día en Kwetu, algo asustado

En 2019 llegó una noticia: Sara, una amiga española que vive en Nairobi, le había visto. Pero fue justo cuando el transporte de Sara abandonaba un lugar del centro de la ciudad. Me comentó que Samuel parecía drogado, y que le había preguntado por mí. En seguida se perdió en la noche.

Hace dos semanas apareció de nuevo. Otra vez se encontró con Sara. Le pidió que me preguntara si le perdonaba. Inmediatamente pedí a Sara que me pusiera en contacto con él. Lo hicimos por WhatsApp. Ahora tiene 19 años, la voz grave, y trabaja en un puesto callejero donde se vende comida, en el slum de Kibera. Vive con el matrimonio dueño de la tienda a cambio de su tarea. No ha vuelto al colegio: con 19 años no ha terminado la Primaria. Samuel, sin embargo, es un chico tremendamente inteligente, y tiene un alto nivel de inglés. A la pregunta de por qué se escapó no sabe qué responder: que no se veía encerrado, que se equivocó.

¡Qué rápido hizo amigos!

Hemos hablado mucho en estos días: me escribe todos, o me manda un audio. Ya ha estado con Michael Babu, el representante de Karibu Sana en Nairobi, y con Judy Oloo, la directora del colegio Desert Streams. Le he propuesto terminar la Primaria a la vez que trabaja en el colegio, con idea de que haga al año siguiente una formación profesional superior, o ya veremos.

Ayer me escribía lo siguiente: «¿Sabes? A veces me haces sentir que no me encuentro solo. Llevaba mucho tiempo pensando en cómo podía ponerme de nuevo en contacto contigo. Y ahora que te he encontrado, te voy a agarrar fuerte con mis dos manos».

No todas las historias acaban bien. Pero algunas empiezan de nuevo. Samuel Omondi no va a estar solo nunca más.

Hablando por WhatsApp hace dos días, ¡cuatro años después!

Deporte y paneles solares

Padel Karibu Sana

Una entrada breve.

Hemos comprado las camas, colchones, menaje…, de Dorothea Centre, que servirá para rescatar niñas de la calle. Tienen 40 plazas.

La monja que se encarga, Sister Carol, nos ha sugerido que nos encargamos también de los paneles solares que les darán energía. Ni cortos ni perezosos, Gabriel y Dafne, dos socios de Karibu Sana, han organizado un campeonato de pádel en Rivas Vaciamadrid. No sé si serás campeón de ese deporte casi de raqueta, pero la iniciativa es fantástica.

¡Buena semana!

Javier

P.D: Gracias a los patrocinadores del evento: Blue Padel Rivas, IB Wellness, Bon Lar, Padelzoom, Cofincas, IEPP, Ortecar y External Solutio

Datos de exámenes y de donantes

Quería compartir con vosotros algunos datos. Aviso: son fantásticos.

 

Examen KPCE

Primero: en Kenia han hecho un examen nacional llamado KCPE (Kenya Certificate of Primary Education). Es el que se hace para pasar de Primaria a Secundaria, que se hace entre 8º de Primaria (equivalente a 2º de la ESO) y 1º de Secundaria (3º de la ESO). Es un momento en el que muchos alumnos, especialmente de las escuelas y entornos más desfavorecidos, abandonan la educación: la Secundaria no es obligatoria, es más cara que la Primaria, y no siempre hay sitio para todos. Algunos niños se ponen a trabajar, muchos empiezan a no hacer nada. En el caso de nuestros niños y niñas la información es muy esperanzadora.

Unas esforzadas alumnas

 

La prueba es sobre 500 puntos. Esto es orientativo pues los mejores alumnos del país suelen llegar ligeramente por encima de 400. De hecho, se considera que cualquier nota por encima de 300 es realmente buena, y asegura una plaza en secundaria.

Nuestros niños tienen orígenes muy desfavorecidos. Algunos han sido rescatados de la calle, perdiendo a veces más de un año escolar en un ambiente muy peligroso que incluye violencia, abusos y drogas. El resto vienen de familias muy pobres, con frecuencia desestructuradas, incapaces de conseguir los 15 o 20 euros que cuesta la escuela al mes. Además no suelen tener acceso a libros y en sus casas de una sola habitación es muy difícil estudiar. Lo que más hemos notado es que cuando le facilitas los estudios de forma continuada durante años (con algunos ya llevamos cuatro) los resultados dan un vuelco espectacular, y muchos de ellos alcanzan un nivel más que notable. Creo que eso hace ver de un modo muy objetivo la eficacia de un proyecto educativo como Karibu Sana, en el que no se sustituye el esfuerzo de los alumnos, pero se les facilita una educación sin estrés que les abre puertas a un futuro mejor y les permite tener una infancia más feliz y segura.

Os pongo los datos de algunos, también para que veáis la riqueza de los nombres de estos niños:

Kevin R ha sido el primero de su colegio, con 387 puntos. Lucy W obtuvo 333, aunque como es muy responsable quería más. 

El momento de la verdad

Los resultados de los chicos de Kwetu Home of Peace (todos ellos antiguos niños de la calle) han sido: Teddy M, 363; Dickens O, 353; Samuel N, 347; Brian N, 344; Beberlyne H., 322; James W., 315; Joseph K., 309. James K., 306; Alphonse M, 305. El único al que no le ha ido bien es Harrison A., con 198. Detrás de todos estos resultados hay un esfuerzo brutal de superación de circunstancias adversas que nos son inimaginables.

En el colegio Desert Streams of Kibera, que cuidamos especialmente dando un fondo de becas equivalente a 80 estudiantes, se han presentado 23 candidatos. De ellos, 17 han sacado notas por encima de 255 puntos (la más alta ha sido de 355). Los otros 6 andan entre los 240 y los 225. Son también resultados excelentes y, en algunos casos que conozco de forma personal, extremadamente meritorios.

 

Donantes del Proyecto Karibu Sana

Por nuestro lado, en España, el Proyecto Karibu Sana no para de crecer. Comparto estos datos:

En un proyecto educativo la clave son los donantes recurrentes: personas que se comprometen a donar una cantidad, casi siempre pequeña, a lo largo del tiempo, sabiendo que la educación de un niño lleva años. La progresión en 2020 y en 2021 ha sido espectacular. Se relaciona por un lado con las campañas en las redes sociales de dos de nuestros socios (Miguel Camarena y el Instituto Europeo de Psicología Positiva); por otro, con la oportunidad que tuvo Javier Aranguren de aparecer en el programa ‘Últimas preguntas’ de La 2 de RTVE explicando el proyecto. Estas son las cifras:

  • En 2019 éramos 88 donantes recurrentes;
  • En 2020 éramos 153 donantes recurrentes;
  • En 2021 ya somos 217 donantes recurrentes, y seguiremos aumentando.

De forma similar, hemos pasado de 39 donantes puntuales en 2019 a 121 donantes puntuales en 2020. Y en lo que llevamos de 2021, los primeros cuatro meses, ya hemos tenido 97 donantes de este tipo: ¡es un crecimiento asombroso!

Javier Aranguren en plan televisivo

 

Fondos del Proyecto Karibu Sana

Durante 2020 se cerraron los colegios de Kenia por el covid-19. Eso significó que no pudimos mandar dinero para pagar el último semestre y acumulamos en ‘caja’. Terminó el año con un saldo de 158.945’19 euros.

En lo que llevamos de 2021, cuatro meses, hemos tenido unos ingresos de 60.659’50 euros.

En lo que llevamos de 2021 los gastos bancarios han sido de 1.003’59 euros; los gastos indirectos (colaboración del 7% con la Fundación Promoción Social de la Cultura por su gestión impagable) han sido de 4.246’17 euros. Hemos enviado a Kenia para pagar los colegios y otros proyectos un total de 73.331’88 euros. Eso significa que tenemos un saldo a nuestro favor de 141.023’01 euros.

Con ese dinero tendremos que pagar los dos semestres escolares que quedan por delante para nuestros 393 niños beneficiarios directos. También vamos a equipar un centro de acogida de niñas de la calle (Dorothea Centre) al que dedicaremos 7.000 euros por este concepto y 7.000 euros más para dotarles de paneles solares con los que conseguir energía. Tenemos también en marcha la ampliación de un dispensario médico en la sede de Ruai de Kwetu Home of Peace.

El año próximo, 2022, llegarán a la universidad o a escuelas de formación profesional superior nuestros primeros beneficiarios. Espero que podamos seguir ayudándoles, ya cambiando alguna condición (parte beca, parte préstamo) para que también ellos, mayores de edad, asuman compromisos. De todos modos, lo conseguido hasta el momento ya es asombroso.

Y por eso los niños, y todos los que hacemos Karibu Sana, os damos las gracias.

Dorothea Rescue Centre

Sister Carol dirigió durante unos años Kwetu Home of Peace, la iniciativa de las Sisters de María Inmaculada de Eldoret en la que rescatan niños de la calle y que tanto bien hace. El año pasado le pidieron que fuera a Kitengela, una pequeña ciudad a treinta kilómetros de Nairobi. Allí, con otras monjas, tenía el encargo de tratar de poner en marcha algo muy ilusionante: Dorothea Rescue Centre, una iniciativa similar a Kwetu, esta vez dirigida a niñas que vivirán en la calle.

Dorothea rescue Centre: ahora casi está terminado

Imaginaos: vivir en la calle, a los siete, diez, catorce años, refugiado bajo un puente o en una cañería, drogándose, comiendo de las basuras, sufriendo abusos de chicos más mayores o violencia en manos de algunos policías. Imaginaos el miedo, y el desastre en el desarrollo de la personalidad y de la educación.

Ahora la misma idea, pero siendo niñas: es verdad que son menos, pero son mucho más vulnerables.

Animamos a Sister Carol con su proyecto pero, en nuestro empeño por no generar ningún tipo de dependencia con Karibu Sana, le dijimos que no le podíamos ayudar económicamente a la construcción: mucho dinero, no era nuestra finalidad, tenía que encontrar otros donantes.

Lo ha hecho. Terminada la construcción del edificio, nos escribió para preguntar si podríamos ayudar a amueblar los dormitorios: literas (20), colchones (40), sábanas (80), toallas (80), zapatillas (20)… Le contesté a vuelta de correo que sí, pero que no le ayudaríamos, sino que pagaríamos todo. En total, 7.700 euros.

Les hemos pedido que añadan juegos y muñecas

¿Cómo podríamos pagarlo? Con la generosidad de los donantes de Karibu Sana. Este proyecto, tan específico, era perfecto para pedírselo a una persona concreta (llamémosla ‘Gonzalo’, que no es su nombre), empresario brillante, y con una conciencia social que a mí me da envidia. Tomamos un café, realicé la exposición de motivos, y aceptó encantado. Así podremos aplicar el resto de nuestros ingresos a matrículas de colegios, y colaborar con Sister Carol y sus hermanas a rescatar a estas niñas.

Las aventuras comienzan pequeñas, pero crecen y crecen hasta hacer cosas grandes.

Making Miracles…

Con una pequeña ayuda mensual se pueden hacer milagros.

24 niños de Eldoret

Primero escribe Sister Lucy. Es una monja que vive en Eldoret (a 250 kilómetros de Nairobi) y que atiende a un grupo de 18 niñas y niños paupérrimos. Pertenece a la misma orden que las Sisters que atienden a los niños de la calle en Kwetu, y nos escribió en 2020 pidiendo ayuda. Nos dice:

«Querido Javier, nuestro espónsor, ¿cómo estás? Te tenemos siempre en nuestras oraciones. Los niños se encuentran bien y todos están yendo al colegio con éxito. Es la primera vez en sus vidas en la que nuestros niños terminaran un trimestre de clases sin que les manden a casa por falta de pago de los costes de la matrícula. Nos faltan las palabras para daros las gracias. Ojalá Dios, que ve lo que se hace en lo escondido, os recompense abundantemente, y a ti te dé fuerzas y buena salud. Rezo para que un día Dios te permita venir a visitarnos y que veas cómo habéis llenado de sonrisas las caras de estos niños tan necesitados. He experimentado impresionantes mejoras en su rendimiento escolar. Al final de mes cerrarán los colegios en Kenia por final de trimestre y os haré llegar sus calificaciones a través de Michael Babu».

Primera vez en sus vidas que van a clase sin la angustia de que les echen…, ¡ahí lo dejo! Eso es lo que significa que, a través de Karibu Sana, estamos haciendo milagros.

 

¡Cómo han crecido! ¡Qué contentos están de ir a clase!

69 niños desde Kwetu

Nos envían fotos y datos desde Kwetu. El año pasado se cerraron los colegios en marzo. Era u grandísimo reto para estos chicos. El motivo de que les llevemos a internados es que las familias de casi todos ellos son un desastre: el 70% de los que eran rescatados por Kwetu volvían a la calle a los dos meses de haber regresado a casa. Nos encargamos de 69. Teníamos preocupación por saber cuántos habríamos perdido en los últimos 9 meses. Respuesta del informe: ¡ninguno!

Se han reincorporado al colegio 64. Los 5 que faltan están haciendo formación profesional, con la excepción de uno que está ya en la universidad. Y eso que los padres de dos de las familias fueron detenidos durante ese tiempo por problemas relacionados con las drogas. Esto es otro milagro. Me envían fotos de los chicos: yo les conocí con 12 o 13 años. Ahora tienen 16 o 17, y están gigantes. Y felices. Y tienen al alcance de la mano una grandísima oportunidad gracias a vosotros.

Antes de entrar en clase

En otro orden de cosas, han sufrido lluvias torrenciales. Han afectado a la granja que tratamos de que les ayude a ganar independencia económica en el proyecto de rescate de niños de la calle. Los destrozos son grandes, pero no cejan: buscarán ayuda para reparar lo roto. Y la venta de leche produce ingresos.

También me informan del fallecimiento de Sister Ángela, que era la directora de Kwetu cuando empecé a conocerles. Una mujer muy buena, de carácter, que entregó su vida por los más necesitados. ¡En gloria esté!

Los plátanos se han roto

 

¡Y los invernaderos!

 

Por último, Sister Jane Rose me informa de que acaban de rescatar a 18 niños más: una nueva promoción que comienza un camino de esperanza que va a durar muchos años

 

Y Victor

Por último, me llega un mensaje de Víctor, el primer beneficiario del Proyecto Karibu Sana. Esta interno en un colegio. Ha convencido a una profesora para que me envíe fotos de los mensajes que él redacta en un papel. Pongo en cursiva sus expresiones en castellano:

«Querido padre,

Qué tal? Te quería comentar que acabo de terminar mis exámenes. Y quería que me envíes palabras en español y su significado. Escribe todas las que puedas.

Te queiro. Gracias por todo.  Adio’s.

Tu querido nino.

Victor»

¡Asombroso Victor!

Y es que, con una pequeña ayuda mensual se pueden hacer milagros.

Gorros, niños y nuevos amigos

Lo de 2021 nos está dejando asombrados.

 

De vuelta a clase, ¡por fin!

El día 4 de enero abrieron los colegios en Kenia. Llevaban cerrados desde marzo, por culpa de la Covid. Si bien no ha golpeado con tanta fuerza como aquí, sí que se tomaron medidas de prevención, más teniendo en cuenta que es un país con pocos respiradores y (me temo) a la cola en el orden de vacunaciones… El gobierno cerró todo, propuso que se usara mascarilla, l gente compró una mascarilla que vendrá durando meses, y como nadie tiene ahorros, al segundo día de confinamiento hubo que ponerse a buscar comida.

Moses Javier en el infantil de la Parroquia de Guadalupe, llevada por sacerdotes mexicanos

Para Karibu Sana ha sido un periodo especial: al no haber clases, no teníamos que pagar colegios. ¿Qué hemos hecho? Ayudar a algunas familias, ayudar a algún colegio por ejemplo a pagar la renta de la parcela que ocupan porque si no les cerraban, ayudar enviando dinero para que pudieran pagar algo de sueldo a unos maestros que se habían quedado sin ningún ingreso…, y ahorrar para cuando se retomaran las clases.

 

393 y dos ejemplos especiales

Así, el día 4 empezaron de nuevo la escuela. ¿Cuántos niños y niñas cuidamos ahora desde Karibu Sana? La impresionante cifra de 393 estudiantes. ¡393! Hace poco más de cinco años empezamos con uno, enseguida siete, en enero de 2016 eran 25. ¡393! Un auténtico sueño.

Entre ellos hay dos grupos amplios:

1º pagamos el coste de escolaridad de 80 alumnos en Desert Streams of Kibera. Dejamos que sea el colegio el que distribuya las ayudas como vea. Les hemos puesto dos condiciones: que nos informen de su esfuerzo por hacer que las familias y otras fuentes colaboren en el sostenimiento de la educación de sus 250 alumnos; que prioricen el uso de nuestro dinero en pagar a los profesores. Con esta política han conseguido profesores cada vez mejores y muy comprometidos con su tarea: antes había muchos meses que no cobraban, y la mitad de su tiempo lo dedicaban a buscar otro trabajo. Ahora están centrados en las clases, y contentos con lo que ganan. Fijaos: han pasado de 60€ al mes, que no siempre llegaban, a 120€ que llegan seguro. Nuestra ayuda hace que Desert Streams sea una escuela que funciona.

2º pagamos el colegio de 105 chicos y chicas del slum de Mathare. Antes les ayudaba una ONG chilena que ha desaparecido por la crisis de ese país de Sudamérica. Nos lo propusieron y no quisimos dejarles abandonados. En un lugar de una pobreza desoladora les hemos proporcionado educación, comida y esperanza.

De otros grupos iré hablando.

 

Generosidad creativa

¿Y en España?

Lo más llamativo es que, con la que está cayendo, y con el sufrimiento e inseguridad para tantos, las ayudas no solo no bajan, sino que crecen. Os señalo tres iniciativas impresionantes.

La modelo es hija de mi primo; los gorros son horas de trabajo convertidas en educación

Mi entrevista en RTVE, en ‘Últimas preguntas’, sigue generando correos electrónicos, llamadas al número que pone en la página web (el mío) y muchas donaciones puntuales o recurrentes. Está siendo una bendición total. Hace dos días me llamaba una señora contándome que ella y su marido habían pensado en enviarnos 2.000 euros. Otra me dijo que qué me parecían 5 € al mes. Y tantos con 20 o 50€: ¡cada vez el proyecto tiene más futuro y estabilidad! Y eso significa más futuro y estabilidad para los niños.

Mis primas Inés y Mónica empezaron a tejer gorros durante el confinamiento. Lo que era un pasatiempo se convirtió en idea: «¿Y si los vendemos  y lo que salga se lo enviamos a Karibu Sana?». Dicho y hecho. Yo no sé a qué velocidad tricotan, pero el hecho es que han mandado más de 1.700 euros y han calentado cientos de cabezas. ¡Qué maravillosas!

Si queréis el vuestro…, no lo dejéis colgado

Miguel Camarena imparte todo tipo de cursos motivacionales, de salud, dietéticos… Hace poco dio uno a un grupo de inversores. Les dijo que no quería cobrar, sino que su intención era hacer una donación a Karibu Sana e invitar a los participantes a conocernos y a unirse al proyecto. Él realizó una donación de 5.000€. Unos 27 asistentes a sus sesiones ya son parte de nuestro proyecto, de forma puntual o recurrente, siempre con una generosidad preciosa.

PD: La foto de portada responde a mi gran afición a Tintín. Unos amigos me han regalado este modelo, tan africano, para celebrar que ya he pasado por la última operación de mi cáncer y que ya estoy curado (a falta de un poco de recuperación). También me dicen que es para que sigamos adelante, con ilusión, en nuestro proyecto. ¡Claro que sí!

PPD: «Cien pares de zapatos» ha vendido ya su primera edición. Ha sido el más vendido en Amazon en la categoría de ‘libros espectaculares’ (o algo así, quizá ponía ‘de temática social y religiosa’, pero es lo de menos). Lo podéis comprar en vuestra librería encargándolo (Ediciones Nueva Eva). Todo lo que se gane con él, como sabes, irá al proyecto.

Entrevista en ‘Últimas Preguntas’ en La 2

Os paso la entrevista que me hicieron en Últimas Preguntas, en La 2 de RTVE. En ella hablo de ‘Cien pares de zapatos’ y, sobre todo, de qué es Karibu Sana.

En medio de la entrevista…

Os agradecería mucho su difusión: un poco de televisión, viendo la cara del que habla, concentrando los contenidos…, es un empuje impresionante para el Proyecto. Y eso es muy importante porque detrás de cada empujón hay niños y niñas que tendrán educación.

Y, como siempre, ¡gracias!

¡Feliz Navidad!

Os quiero desear, junto a todo el equipo de Karibu Sana ( Miguel Camarena Salud y el Instituto Europeo de Psicología Positiva, la Fundación Promoción Social, Michael Babu, Manuel Domínguez con la web, los voluntarios, las monjas de Kwetu Home of Peace, los directores de colegios en Kenia, ¡los niños!), una muy feliz Navidad.

Celebran al Niño Dios en Kwetu.

Con vuestra ayuda (económica, en oraciones, hablando de nosotros, comprando Cien pares de zapatos) vamos consiguiendo que muchos niños tenga su Navidad todo el año: porque se saben queridos, porque son conscientes de que importan, porque consiguen la seguridad que da una educación, porque van ‘creciendo en sabiduría, estatura y gracia ante Dios y ante los hombres».

¡Bailad con ellos, reíd con ellos, dad con ellos…, y sed felices como conseguís que lo sean ellos!

¡Gracias!

 

Javier

Noticias en diciembre

Este mes de diciembre está siendo extraordinario.

Hace unas semanas salí en un programa de RTVE («Últimas preguntas», en La 2) hablando de mi experiencia con el coronavirus. Fue una entrevista larga, en la que hablé de mi enfermedad. Al final, sin yo esperarlo, la entrevistadora me preguntaba cómo se podía conseguir un texto en el que yo narraba mi experiencia. Se me ocurrió sobre la marcha sugerir que quien quisiera mi relato me escribiera a través del correo electrónico que se indica en la web de Karibu Sana. ¡Me han escrito unas 450 personas diferentes! Y eso significa, en relación con nuestro proyecto, que todas esas personas han visitado la web, que para todas era una iniciativa nueva, que a muchos de esos visitantes le ha encantado la iniciativa, y que un buen número de ellos se ha decidido a echarnos una mano de forma puntual o de forma recurrente.

En Kenia se preparan para volver a clase tras largos meses de parada por el covid. Cerraron los colegios en marzo, abrirán de nuevo el 4 de enero. Algunos alumnos (los de 8º y los del último año de instituto) llevan en clase desde noviembre, pues preparan sus exámenes para pasar de un ciclo a otro (la selectividad keniana). Eso suele generar muchos nervios, porque son exámenes difíciles. En concreto, en las universidades públicas hay 70.000 plazas y terminan el colegio unos 500.000 estudiantes. Y compiten con los candidatos de colegios con recursos, o con los que tienen un lugar adecuado para estudiar, etc. Aún así, la ilusión de estos chicos es impresionante. A veces hablo con algunos y algunas por WhatsApp y me cuentan con orgullo de sus esfuerzos.

Me escribió Sister Lucy. Es una monja de Eldoret (otra ciudad de Kenia) que cuida de niños y niñas en una situación de miseria desgarradora. Llevan desde octubre de 2020 comiendo gracias a nosotros, y en enero se incorporan al colegio. Me mandó carta de todos ellos. En total, 22.

La carta de Bernard

El libro ‘Cien pares de zapatos’ va viento en popa. En breve saldrá la segunda parte de mi entrevista en La 2, dedicada al libro y a Karibu Sana. Lo he presentado en la Universidad francisco de Vitoria y, en la medida en que la pandemia nos deje, lo iré presentando en más lugares: prometo avisar.

Un fuerte abrazo de parte de nuestros 327 niñas y niños ilusionados por aprender.

Es la hora de los donantes

Estoy asombrado y agradecido. Un buen número de personas, probablemente a raíz de la entrevista en Radio María, se nos han unido como colaboradores de Karibu Sana. Las cosas, a pesar de la pandemia, van muy bien. Eso sí, siempre queremos llegar a más…, y llegar mejor.

He hablado por teléfono con una mujer que me cuenta que apenas ve y que eso le lleva a pasarse el día rezando. Y que en cuanto se aclare con sus cuentas empieza a ayudarnos. Quiere cubrir los gastos de por lo menos tres niños en internados. «¡Si hay que comer dos días seguidos lentejas para poder ayudar a estos angelitos, pues se comen!», decía. Hemos quedado en conocernos en breve.

Fui a visitar a unos amigos. Sus hijos, de 8 y 5, me dieron un sobre con dinero: ¡8 euros! Dos de ellos dejados esa misma noche por el mismísimo Ratoncito Pérez.

Llegaron también los dineros donados por Caixa Catalunya, y estamos en pleno proceso de ampliación del dispensario de Kwetu Home of Peace: una gran ayuda para los niños rescatados de la calle y para todas las familias de esa zona rural, que podrán ser atendidos, entre otras cosas, por un pediatra y un experto en maternidad.

Ahora se acerca la Navidad, momento de dar regalos, especialmente a quienes no tienen nada (como el Niño en el Portal). ¿Te animas a regalar a Karibu Sana la colaboración de otro donante? Preséntale la web, regálale el libro…, y cambia sus vidas (la del donante, la de algún niño keniano).

Dos fotos: Víctor Mwenwa, nuestro primer beneficiario, con Moses Javier (mi niño) y otros pequeños de Desert Streams. En la otra un grupo de chicos y chicas huérfanos totales con los quehablé ayer. Les cubrimos la educación, comida y techo. Todos se preparan para el examen de paso a Secundaria: ¡todo un reto!

PD: Las ventas del libro van bien. Y las críticas (al menos las que me llegan a mí) son muy alentadoras. Os recuerdo que atrapa, y que impresiona. Y que es una aventura cargada de la ayuda de la Providencia.