Cuatro años…
Las dos fotos de arriba tienen una diferencia de 4 años. En la primera, un niño llamado Víctor era un pillo lleno de felicidad que pasaba casi todo el día en la calle porque sus padres no tenían medios para mandarle a la escuela. Se movía por distintos barrios, pasaba el tiempo, pedía para poder comer y era feliz. Tenía 13 años.
En la segunda, ya con 17, tenemos al mismo Víctor, también feliz, pero en otro contexto: lleva cuatro años yendo al colegio de forma ininterrumpida. Los dos últimos ha estado en un internado y su media académica está por encima del notable. «Cuando nos conocimos yo era un niño que pasaba el día en la calle. Ahora lo que quiero es ser ingeniero».
Listo, guapo, adolescente, con novieta…, tiene la vida que debería tener todo adolescente. Todavía vive en una chabola (aunque ya solo durante las vacaciones), le quedan dos cursos para poder pasar a la universidad, y es el por su culpa que empezó Karibu Sana. Creo que su trayectoria también explica perfectamente nuestro proyecto.
El brillante Vincent
Aquí os pongo las notas de Vincent. Son del examen nacional de paso de primaria a secundaria: como una primera selectividad. Es el mismo examen para todo el país, ya sea en carísimos colegios privados como en escuelas de zonas deprimidas que no tienen ni libros. La madre de Vincent, la magnífica Zipporah, vive en una chabola. Él va a un internado. Su nota, por encima de 400 puntos, es pura excelencia y la comparten solo el 5% de los alumnos del país. Vincent es nuestro alumno más brillante. Tiene 14 años.
Sharon
Y ella es Sharon, que acaba de terminar 1º de secundaria. Su madre quería ponerla a trabajar pero nosotros le hicimos una ‘OPA hostil’ y la pudimos llevar a un internado. No es de grandes notas (¡vivan los talentos medios!), pero le estamos ayudando a tener una primera adolescencia muy feliz.
Y una foto de Moses Javier, porque siempre estalla de alegría.
¡Buena semana!