Colaborar con Fundación Promoción Social tiene varias consecuencias para Karibu Sana. La más visible, sin duda, es el respaldo legal que nos proporcionan, como nos ocurría con Fundación Valora. No solo el dinero que donan los socios se mantiene siempre en cuentas ajenas a particulares y tiene una trazabilidad perfecta, sino que también desde allí se encargan de la dimensión burocrática (¡tan necesaria!) de la solidaridad: certificados, llamadas, seguimiento…
Pero Fundación Promoción Social lleva también 30 años en el terreno de la cooperación, y eso lo estoy notando cada día. Por un lado, porque tienen información sobre convocatorias de ayuda a la cooperación que nos vienen muy bien. Por otro, porque tienen personal más que curtidos en estas lides de pedir, que son tan técnicas y requieren tantos documentos (un mundo totalmente ajeno a un pobre filósofo como el que esto escribe).
En lo primero, por ejemplo, tengo a Rosella, que vive en Roma. Vino a Madrid y charlamos largamente sobre una convocatoria de una institución italiana (la nombraré si todo se anda bien) que podría encargarse de mis pequeños ‘sueños’ de mejora en Kwetu Home of Peace. Estoy hablando de 150.000€, que llegarían por una vía independiente a las donaciones de particulares que –como sabes– siempre van dedicadas a pagar el coste de los colegios. Con esa aportación lograríamos el sueño de que Kwetu sea sostenible por sus propios medios (producción de granja y de gallinas, autobús de transporte para los niños, electricidad solar), de forma que dejen de necesitar nuestra ayuda, sean autosuficientes, y nosotros podamos concentrarnos en la siguiente fase de su proyecto: que los niños que acaben en Kwetu vayan todos a internados para evitar el peligro de su vuelta a la calle.
En lo segundo: el desplazado de la Fundación Promoción Social en Etiopía, Rafael, ha viajado esta semana a Nairobi, se ha reunido con Kwetu (Stephen y Sister Carol) y con Desert Streams (el colegio de Judy Oloo en Kibera) para echarles una mano en los presupuestos y peticiones que deben presentar para que podamos ayudarles. Ha sido un encuentro muy fructífero, y muy profesional. Si todo se anda bien, podremos empujar fuertemente también la sostenibilidad de este colegio, para el que vamos a pedir 20.000€ a la fundación de una gran empresa (queremos usarlos en becas para que puedan conseguir los ingresos que necesitan).
Entre tanto, nuestros 115 niños siguen yendo a clase. Y ahora, con el comienzo del 2º trimestre, incorporamos a un buen grupo de los que vivieron en Kwetu. Llegaremos a 150, o más. Algunos acaban de dejar el centro de rehabilitación, pero otros estaban de vuelta en sus casas o de nuevo en la calle (en casa no tenían nada que llevarse a la boca, ni posibilidad de estudiar…). Para ellos, y para los que vendrán (en principio unos 25/30 nuevos cada trimestre) necesitamos nuevos socios: personas y empresas que crean que merece la pena dar donde los ojos no ven para promocionar la vida de niños sin recursos. Con tu ayuda vamos a cambiar sus vidas: vamos a hacer un mundo mejor de una manera que quizá los ‘grandes’ no noten, pero que mejorará la vida de tantos chicos y chicas extraordinarios.
Os deseo una feliz Semana Santa, y te pido que me encuentres gente (y empresas) que pueda entender Karibu Sana y que quiera colaborar con nosotros con sus donativos y con sus oraciones.