Llegué hace dos días a España. Jornadas intensas en Kenia, con múltiples visitas de familias y a familias, además de casi 20 horas de clase en poco tiempo. Quizá las conversaciones más importantes han sido con Sister Carol y Stephen, directora y administrador de Kwetu Home of Peace, el centro para rehabilitación y rescate de niños de la calle.
Tenemos un montón de proyectos ideados con ellos. Os los contaré en breve. Todos apuntan a dos objetivos: la sostenibilidad de Kwetu, y ayudar a que los niños no vuelvan a la calle cuando terminen sus dos años de estancia con las Sister
En esta entrada solo quiero que veáis las caras de algunos de estos niños. Eso os ayudará a adivinar sus edades. Cada uno de los retratados, en estos rostros con historia, ha vivido solo en la calle al menos tres meses. Algunos lo han hecho durante varios años. Todos han sobrevivido robando, escarbando en la basura, pidiendo limosna, durmiendo al raso en una ciudad dura como Nairobi, sufriendo violencia (física y, a menudo, sexual). Algunos, muchos, han sido también drogadictos, usuarios de pegamento o keroseno, porque eso les ayudaba a olvidar el frío, el miedo, el hambre y la soledad.
Ahora tienen un hogar e, indirectamente, tú y yo somos parte de su nueva familia.